miércoles, 27 de agosto de 2014

No puedo

- no puedo, simplemente no puedo. El mundo es muy grande y yo muy pequeño. Sería hermoso controlar mi vida, poder llegar al colegio, reunión familiar o lo que sea. Y poder entender como se mueven los hilos, donde va la corriente... Pero no puedo. No es llegar y decir hola, hablar trivialidades, reir, contar chistes... No es tan sencillo. 
"¿Sería hermoso? Entender el mundo, su funcionamiento y encajar como otro engranaje, ser otro ladrillo. Pero no... No puedo. Es demasiado enorme para mi comprensión, demasiado cruel para mi corazón...
El policía sudaba frente al chico, buscaba palabras para salir de eso...- Está tu familia, ellos te quieren a pesar de todo...¡Tus amigos!¿Arias eso a tus amigos?- No lograba parecer calmado. Pero no importaba, el niño miraba aun horizonte   inexistente. Sonó desilusionado por la incomprensión del policía.-¿No entiendes? Eso no importa, es muy poco consuelo comparado al tamaño del mundo y sus reglas indescifrables- Parecía frustrado por no poder darse a entender.- Mi familia lo superara, mis amigos crecerán... Esto me dará una importancia que nunca eh tenido ni tendré. Seré fugaz...
-¿Y el futuro?¿No tienes planes?- Al policía le quedaba poco tiempo.
-Querrás decir que planes tiene el futuro para mi... No hay planes. No le sirvo.
-Vámonos ¡no tienes que hacer esto!
-Vete, esta es la única decisión que podré tomar realmente en mi vida. Solo vivi, solo moriré.
El policía no necesitaba más indicaciones. Corrió. Y la bomba explotó.


ADOLESCENTE MUERE POR BOMBA TERRORISTA EN EL METRO

Era la noticia más importante de esos días. El policía no paraba de ver por todos lados a aquel niño que no pudo salvar. Aquel niño que encontró la bomba de tiempo antes que seguridad. Evacuaron a todos y aun no conseguían convencerlo de soltar la bomba, no se le podían acercar, el chico dijo que la detonaría se se acercaban. 
A pesar de ser de buena familia, tener una buena vida... No quiso soltar la bomba. 
-Siempre fue medio raro.-
-Dicen que sonreía mientras tenía la bomba. No me extrañaría si hubiese sido terrorista. 
-¡Como se te ocurre! No era tan listo...
Cosas así se escuchaban en el funeral simbólico del chico. El policía se preguntaba que de eso era cierto. Además, se preguntaba, mirando desde lejos el entierro, que hilos movían el mundo.

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